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El Sueño Imposible, en Dos Idiomas

Sí, lo sé… es quijotesco. Y aun así, lo vamos a hacer.

Vamos a lanzarnos a la loca aventura de leer el clásico, la primera novela moderna de la historia: Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. ¡Y lo haremos en ambos idiomas: en el español antiguo y en inglés!

Sí, lo sé… es quijotesco. Y aun así, lo vamos a hacer. 	Vamos a lanzarnos a la loca aventura de leer el clásico, la primera novela moderna de la historia: Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes. ¡Y lo haremos en ambos idiomas: en el español antiguo y en inglés! En la Academia DarKha, nuestro Club de Lectura Bilingüe se reúne dos veces al mes para leer juntos, compartir ideas y practicar inglés y español en un ambiente cálido y acogedor.
Darcie con un grupo de estudiantes de California posando con Don Quijote y Sancho en Madrid.

En la Academia DarKha, nuestro Club de Lectura Bilingüe se reúne dos veces al mes para leer juntos, compartir ideas y practicar inglés y español en un ambiente cálido y acogedor. Es un espacio donde los estudiantes de ambos idiomas pueden hacer esas preguntas que no se atreven a hacer en la calle, sabiendo que serán escuchados con respeto y apoyo.

Para iniciar esta gran hazaña (¡el libro tiene unas 1.000 páginas!), vimos la película de 1972 El hombre de La Mancha, con Peter O’Toole y Sophia Loren. ¡Y cuántos recuerdos me vinieron a la mente! Vi esa película por primera vez cuando era niña, mucho antes de saber que Don Quijote era español. Mi madre, sin poder encontrar un canguro, nos subió a todos en el VW Beetle y nos llevó al cine.

Al principio, me sentí decepcionada. No era una película de Disney. Me aburría, no entendía bien la historia. Pero algo me atrapó: la música, y ese pobre loco que solo quería hacer el bien. ¿Por qué se reían de él? ¿Por qué trataban mal a Dulcinea? Yo pensaba que era muy guapa. Me enojaba que la familia encerrara a Don Quijote, y me rompía el corazón verlo en su lecho de muerte, «sano» pero derrotado.

“¡No, Don Quijote!” quería gritar. “¡Despierta! ¡Dinos otra vez que hay que vivir la vida no como es, sino como debería ser! ¡A lucha por lo justo y lo noble! ¡A seguir adelante aunque tus brazos estén cansados! ¡Venga! ¡Sí se puede!”

De niña no entendía la Inquisición ni la opresión. Solo sabía que debía portarme bien, hacer los deberes  y ayudar en casa. Pero de alguna manera, ya intuía que había que defender la bondad, creer en uno mismo, y no rendirse aunque los demás no crean en ti.

Ver la película ahora, como adulta—una persona que ha caído, se ha levantado, ha sido ignorada y también celebrada—me recordó de algo fundamental: jamás debemos renunciar a nuestros sueños, a nuestra locura hermosa, a nuestro poder interior. Esa «locura» es lo que nos hace humanos, valientes y vivos.

Así que no importa si nuestro club de lectura termina el libro. Lo que importa es que lo empezamos. Que nos apoyamos. Que nos atrevemos a reír, a equivocarnos, a emocionarnos—y a pasarlo locamente bien juntos.


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