¿Es horchata?
- Darcie Khanukayev
- 26 mar
- 2 Min. de lectura
—No me gusta la horchata en España tanto como la horchata
en México—, dijo John, un americano de origen mexicano que era
de Arizona, E.E.U.U.

—Eso es porque en México no es horchata, que no tiene chu-
fa—, respondí con un tono de autoridad.
Recientemente había descubierto los hermosos campos de
chufa, que se extendían con un verde brillante contra el cielo azul
profundo del Mediterráneo. Pensé que eran campos de arroz y
cuando lo había mencionado, me corrigió rápidamente. Así conocí
la chufa y mi primer encuentro con la horchata.
En ese momento, no me había dado cuenta de que era un
primer encuentro. Reconocí el nombre de la bebida y, por supuesto,
pensé que sería la misma que hay en California o México. Pero esta
nueva horchata era extrañamente diferente. Nunca antes había
probado ese sabor, ni en cualquier lado. Empecé a investigar.

Horchata es de chufa, y la chufa no crece en México. Enton-
ces, ¿cuál era esa bebida que se llamaba horchata? Era dulce,
blanquecino y lechoso, helado y delicioso como horchata, pero más
suave. Recurrí a Google para encontrar la verdad: «Algunas perso-
nas en los Estados Unidos pueden estar familiarizadas con la hor-
chata como una bebida mexicana, como yo, pero la versión en Es-
paña es extremadamente diferente que la versión mexicana. La
horchata mexicana es a base de arroz en lugar de chufa», declaró
Keith Howerton en un artículo que había escrito para el Blog de la
Herb Society of America.
Ahora me consideraba una especie de autoridad en el tema y,
por lo tanto, defendía el pequeño y hogareño tubérculo de chufa
contra el concepto erróneo estadounidense.
—¡Aunque no sea de chufa, sigue siendo horchata!— John me
respondió, defendiéndose de mi nueva autoridad.
—Si no tiene chufa, no es horchata, —insistí—. ¡Es como ha-
cer un pastel con peras y llamarlo pastel de manzana porque se ve
igual!.Él me recordó que era americano de origen mexicano y repli-
có: —Es mi cultura, debería yo saberlo.
—Claro que sí, por supuesto… — dije suavemente cuando vi
que sentía que yo estaba cuestionando su cultura. Miré hacia abajo con humildad para evitar ofenderle más mientras murmuraba para mis adentros: «¡si no tiene chufa, no es horchata!».
Menos mal, no me escuchó y el conflicto pasó. Más tarde esa
misma noche, se me ocurrió otra perspectiva; tal vez John tenía ra-
zón. Como dijo el artículo, los mexicanos tienen una versión única
de la horchata, pero ¿quizás también podría ser horchata? No sé,
porque no tiene chufa… ¿qué opinas tú?
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